Campaña de Carmena y Zapata para cargarse los 6.000 kilos y 120.000 empleos del proyecto Chamartín
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, no está dispuesta a sacar adelante la nueva Operación Chamartín (rebautizada como Castellana Norte) a pesar de que 120.000 empleos y más de 6.000 millones de inversión dependen del visto bueno del ayuntamiento.
El proyecto está siendo dinamitado por un grupo de simpatizantes de Podemos, agrupados en la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), liderados por el concejal de distrito Guillermo Zapata y por Ignacio Murgui, que fue máximo responsable de la FRAVM y ahora es el concejal encargado de repartir el dinero público de los madrileños entre las distintas asociaciones.
Ahora Madrid celebra asambleas en las que los anticapitalistas llevan la voz cantante
Ambos cargos municipales, además de oponerse al proyecto Castellana Norte, son reconocidos defensores de la “okupación” y, en el caso de Zapata, está imputado por humillar a las víctimas de ETA y reírse de los seis millones de judíos asesinados por los nazis. La Audiencia Nacional ha ordenado al juez Santiago Pedraz que siente a Zapata en el banquillo.
Según han confirmado fuentes del consistorio, tras la llegada de Ahora Madrid a la alcaldía se ha paralizado el desarrollo de esta gran reforma urbanística, sin que se haya comunicado oficialmente el rechazo al consorcio que lo va a llevar a cabo, formado por BBVA y la constructora San José. “En ningún momento se ha realizado ninguna comunicación por vía administrativa”, señalan a este diario.
Asambleas vecinales «anticapitalistas»
El modus operandi del equipo de urbanismo de Carmena, dirigido por el concejal José Manuel Calvo, es bloquear el proyecto en asambleas en las que Zapata y los representantes de la citada FRAVM llevan la voz cantante. Zapata es responsable del distrito de Fuencarral – El Pardo y también del de Villaverde, tras haber sido cesado como concejal de Cultura de Carmena.
“Carmena está usando como ariete a las asociaciones vecinales que controla Podemos para hundir el proyecto”. En estas reuniones “se pone de manifiesto el anticapitalismo de los partidarios del bloqueo, con argumentos decimonónicos” como, por ejemplo, que “el suelo nunca puede estar en manos privadas”.
En su programa electoral, Ahora Madrid, planteaba una “revisión integral del planeamiento urbanístico” de la ciudad. Además, prometía “paralizar” y “auditar” los acuerdos del proyecto Castella Norte, mediante un proceso “participativo abierto a distintas organizaciones”.
Inseguridad jurídica
De momento, según confirman algunos de los asistentes a estas asambleas, “las posiciones son inflexibles”, lo que supone una gran inseguridad jurídica para el consorcio que quiere sacar adelante el proyecto. Si las obras no comienzan antes del fin de este año los inversores se retirarán, ya que así está estipulado en el contrato.
En este contexto, una decena de asociaciones de vecinos que representan los residentes de los distritos de Chamartín y Fuencarral- El Pardo y que no son controlados por la marca blanca de Podemos, han publicado un manifiesto en el que piden a Carmena que apruebe definitivamente el plan y no lo obstaculice.
Estos vecinos, que suponen el 80% de los residentes afectados por la operación, han solicitado reunirse con la alcaldesa para intentar que entre en razón. Las asociaciones no comprenden las razones por las que Carmena quiere anular un proyecto que recibió las autorizaciones correspondientes en febrero de 2015, “sin haber esgrimido ningún argumento justificable”.
La empresa Distrito Castellana Norte contempla la creación de un centro de negocios, 17.000 viviendas, espacios verdes, equipamientos sociales, tres estaciones de Metro, dos de Cercanías y una vía para bicicletas de casi 13 kilómetros. Toda la financiación será privada.